Consejos sobre cómo usar una sartén de acero inoxidable sin antiadherente para que no se te pegue la comida.
Mucha gente compra una sartén de acero inoxidable y después de probarla queda insatisfecha porque los alimentos se le pegan. En general, esto pasa por no haber preparado bien la sartén, o por el desconocimiento de como deben usarse este tipo de sartenes.
Estamos hablando de sartenes de acero inoxidable sin antiadherente. Cocinar con estas sartenes no es fácil y sólo se obtienen buenos resultados con la experiencia. Aquí queremos darte algunos consejos de lo que se debe hacer para que no te frustres la primera vez que cocines con ellas.
La mayoría de las personas que compran una sartén de acero inoxidable sin antiadherente lo hacen por criterios de salud, ya que este material al cocinar no desprende sabores ni transmite nada a los alimentos. Por eso, las sartenes de acero inoxidable se consideran más saludables que las que llevan antiadherente.
1. El Material, más pesado y especialmente bueno para inducción
En general, el acero inoxidable es:
Mas pesado que el aluminio, por lo que se necesita fuerza para mover sartenes de tamaño grande.
Peor conductor de calor que el aluminio, por lo que tarda más en calentarse y también más en enfriarse. Si no se usa correctamente puede consumir más energía que las sartenes de aluminio.
Buen conductor ferrítico, por lo que es muy bueno para usar en cocinas de inducción.
Por eso muchos fabricantes recurren a la fabricación con dos tecnologías distintas:
El cuerpo de la sartén de acero inoxidable, y la base de la sartén fabricada en su interior con un disco de aluminio encapsulado en el acero generalmente llamado fondo difusor. Así mejora la conductividad del calor por toda la base de la sartén, pero menos en sus paredes.
Toda la sartén fabricada con 3 capas de materiales. La capa intermedia es de aluminio, y las dos capas exteriores son de acero inoxidable. Así, el calor se distribuye perfectamente por la base y las paredes de la sartén. Las hay también de 5 capas, tres interiores de aluminio y las dos exteriores de acero inoxidable. Éstas son muy caras.
El buen acero inoxidable es el que comúnmente se llama 18/10. Esto significa que la aleación contiene 18% de cromo y 10% de níquel, materiales que además de dar un aspecto brillante, evitan que la sartén se oxide.
Una buena sartén de este material tiene una duración extraordinaria. Esta es la razón por la que la mayoría de los cocineros profesionales las utilizan. A largo plazo ésta es una de las mejores opciones.
2. El asa y su agarre
La mayoría de las sartenes de acero inoxidable tienen el asa del mismo material. Este tipo de mangos se insertan mediante remaches, que son el mejor sistema para evitar el bailoteo entre cuerpo y mango de la sartén. Si el asa es de acero, mejor elegir las que tengan una dimensión larga, ya que si la sartén sufre un sobrecalentamiento, o bien la llama toca el asa, hay riesgo de quemarse la mano.
Algunas asas tienen unos insertos de silicona. Estos insertos mejoran el agarre y evitan que la sartén se gire o resbale en la mano. Otra ventaja de las asas de acero inoxidable es que permiten poner la sartén al horno. Hay que asegurarse da sacarla agarrándola con un trapo o guante térmico de protección.
3. Antes del primer uso, curar la sartén.
Antes de usar la sartén por primera vez, es conveniente curarla para que los poros microscópicos del material queden rellenos de grasa y así evitar que los alimentos se peguen. Para este proceso hay que:
- Asegurarse de retirar todas las etiquetas y limpiar si queda cualquier residuo de pegamento de las etiquetas adhesivas.
- Calentar la sartén a baja temperatura y retirarla del fuego. Así conseguiremos que el poro microscópico comience a abrirse.
- Llenar la sartén con un dedo de aceite refinado de girasol o de maíz.
- Calentar la sartén al máximo, hasta que el aceite comience a humear. Esto será una temperatura por encima de los 200º Celsius. Vigilar que el aceite no produzca llama.
- Cuando comienza a humear, sacarla del fuego, y con mucho cuidado se mueve muy lentamente de modo circular para que el aceite se ponga en contacto con toda el área circular de las paredes.
- Retirar la sartén del fuego y dejar enfriar.
- Cuando ya esté fría, sacar el aceite de la sartén y limpiarla simplemente con papel de cocina.
Así hemos conseguido, que los poros de la sartén al cerrarse queden bien impregnados de aceite, y cuando al volver a calentar se abran, esas grasas eviten el pegado.
El curado de una sartén no es eterno. En función de su uso, de lo que cocinemos y de cómo la limpiemos, esa antiadherencia se pierde. Especialmente, las frituras de tomate rebajan en sobremanera la antiadherencia y, por lo tanto, deberemos curarla de nuevo de vez en cuando.
4. Ejemplos de cómo cocinar
Vamos a ver tres ejemplos de como cocinar con sartenes de acero inoxidable y evitar que se peguen. Para cocinar es muy importante tener un buen control de la temperatura. Para ver si la sartén ha alcanzado la temperatura correcta, algunos fabricantes recomiendan echar unas gotas de agua a la sartén caliente. Si las gotas de agua se hacen muy pequeñas y se distribuyen por toda la superficie interior, evaporándose rápidamente, significa que la sartén ha alcanzado la temperatura ideal. Es un truco muy bueno, pero si el agua es muy alcalina, el evaporarse dejan parte de la cal, y eso favorece que los alimentos se peguen. Con experiencia, se aprende a percibir la temperatura tan solo acercando la mano a la sartén.
Tortillas y huevos fritos
Calentar la sartén a una temperatura más alta que la necesaria. Sacarla del fuego, poner el aceite y dejar que se enfríe ligeramente durante más o menos un minuto. Poner los huevos o la masa de la tortilla y cocinar a temperatura baja.
Pollo o aves
Igual que con los huevos, calentar a temperatura alta, sacar la sartén, poner el aceite y la carne dejando enfriar durante un minuto. Cocinar la carne a baja temperatura y lentamente para que no se reseque y se mantenga tierna.
Carnes rojas
Poner la sartén a fuego máximo para que se caliente mucho. Una vez muy caliente, poner unas gotas de aceite o aprovechar la grasa propia de la carne. Sellar bien la carne por los dos lados y no cocinar más de un minuto por lado. Echar después pimienta y sal en escamas a gusto de cada uno. Así la carne mantendrá sus propios jugos en el interior y será más sabrosa.
Antes de cocinar las carnes es conveniente haberlas sacado previamente del frigorífico para que tomen la temperatura ambiente. Si se echan del frigorífico a la sartén tendrán más posibilidades de que se peguen.
Cocinar en este tipo de sartenes es fácil, pero si no se está acostumbrado los resultados de las primeras veces pueden ser decepcionantes. Hay que tener paciencia y perseverar.
5. Cómo limpiar las sartenes.
En función del estado de una sartén podemos utilizar varias formas de limpieza.
Sartenes muy sucias con la porquería pegada por dentro y por fuera: Se recomienda limpiar con vinagre blanco y bicarbonato. Añadir el vinagre al bicarbonato y mezclar hasta conseguir una pasta. Repartir la pasta por la suciedad de la sartén y dejar reposar unos diez minutos. Luego, con un buen estropajo frotar con fuerza, paciencia y constancia hasta que la suciedad desaparezca. Si están muy sucias no se limpian en un plis plas. Hay que frotar con energía.
Sartenes con ligero socarrado en el interior: Si después de cocinar han quedado alimentos requemados en el interior porque se han pegado, lo mejor para limpiar es poner agua cuando la sartén está aún caliente y con un estropajo suave o mejor un cepillo de cerdas no muy duras, limpiar la superficie. No es necesario el uso de jabón.
Sartenes recién usadas donde no quedan restos pegados: ¡Eso es lo que nos gusta! Simplemente pasar un papel de cocina y nada más, ¡ya está!
Espero que estos consejos os sean útiles para que a los que os gusta cocinar sin antiadherente, os sea más fácil una cocina natural y que no se os pegue la comida. Así tendréis que hacer un menor esfuerzo para mantener las sartenes limpias. Una sartén de acero inoxidable de calidad y bien cuidada es para siempre.